La jornada del 14 de octubre estuvo marcada por incidentes de tensión en dos importantes ciudades estadounidenses.
En Chicago, una persecución de la Patrulla Fronteriza en el lado sur de la ciudad culminó con el arresto de un individuo y el uso de gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes que se habían congregado en protesta por la detención. El incidente ocurrió después de que el conductor, sospechoso de estar en el país ilegalmente, embistiera un vehículo de la Patrulla Fronteriza antes de huir. Tras el arresto, agentes federales utilizaron gas lacrimógeno para dispersar a la multitud, lo que resultó en la exposición de 13 oficiales del Departamento de Policía de Chicago al gas. Líderes comunitarios han condenado el uso de fuerza excesiva y cuestionado la legalidad de las acciones de los agentes federales
En Los Ángeles, el Condado de Los Ángeles declaró un estado de emergencia en respuesta a las redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La medida fue aprobada por una votación de 4 a 1 por la Junta de Supervisores del condado y otorga al gobierno local la autoridad para proporcionar asistencia financiera a los residentes afectados por las acciones de ICE. Esta declaración subraya la creciente preocupación por el impacto de las políticas migratorias federales en las comunidades locales
Estos eventos reflejan la creciente polarización y tensión en torno a las políticas migratorias en Estados Unidos, con comunidades locales tomando medidas para proteger a sus residentes y manifestar su descontento con las acciones federales.
Tensión en Chicago y Los Ángeles: Protestas y medidas de emergencia marcan el panorama político
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