El destino turístico de Tulum, Quintana Roo, atraviesa una de sus peores temporadas en años debido a una notable caída en la ocupación hotelera, altos precios, restricciones de acceso a playas y un deterioro general en los servicios. Autoridades locales confirmaron que la afluencia turística ha disminuido cerca de 17 % en comparación con el mismo periodo de 2024.
Hoteleros y comerciantes señalan que el aumento en los costos de hospedaje, transporte y alimentos ha alejado tanto a turistas nacionales como internacionales. “Tulum se volvió inaccesible, incluso para los mexicanos”, expresó un empresario del sector restaurantero, quien advirtió que muchos negocios han tenido que reducir personal o cerrar temporalmente.
Otro factor que ha generado molestia es la restricción de acceso a las playas administradas por el Parque Nacional del Jaguar, donde se han implementado cobros de entrada y normas más estrictas, lo que ha limitado el flujo de visitantes.
A estos problemas se suma el reporte constante de sargazo, la percepción de inseguridad y quejas por mal servicio y abusos de precios, lo que ha deteriorado la imagen del destino.
En respuesta, el gobierno municipal anunció una revisión de tarifas y regulaciones para facilitar el acceso a las playas y reactivar el turismo. Además, se prevé una campaña de promoción enfocada en recuperar al turismo nacional durante la temporada de invierno.
Mientras tanto, Tulum, antes símbolo del lujo y el turismo sostenible, enfrenta el reto de recuperar su atractivo y credibilidad frente a la competencia de otros destinos del Caribe mexicano como Playa del Carmen y Bacalar.
Tulum enfrenta una crisis turística por altos precios, restricciones y baja afluencia de visitantes
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