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El gobierno de Irán analiza la posibilidad de liberar a cientos de miles de refugiados afganos hacia las fronteras con Irak y Turquía, como medida de presión política frente a las sanciones internacionales reactivadas tras los recientes ataques contra instalaciones nucleares en su territorio.
De acuerdo con medios internacionales, Teherán busca utilizar el flujo migratorio como herramienta diplomática en un contexto de creciente aislamiento. Tanto Bagdad como Ankara han expresado preocupación por el posible impacto humanitario y de seguridad que una ola masiva de refugiados podría generar en la región.
